En verano, llevarán Adentro a la sala Mar del Plata (el nuevo Teatro de Carlos Rottemberg). Y recibió propuestas para hacer teatro de revistas (algo que lo tentó) y para una comedia negra, El método Gronhöld.
Entrevistar a Gabriel Goity era uno de los deseos más fuertes de esta revista. Actor de fuerte carisma y decididamente "multimedio" -se mueve en teatro, televisión, cine; y hasta alguna vez hizo radio-, El Puma tiene un palco preferencial a la hora de mencionar a alguno de los "hijos pródigos" de Ciudad Jardín. Y su estrella se agiganta aún más si se tiene en cuenta que triunfó en una profesión tan competitiva y escarpada como es la actuación.
El maquiavélico y algo desafortunado personaje de Uriarte que encarna magistralmente en la tira televisiva Los Roldán -famoso sobre todo por sus aventuras y enredos con el travesti Laiza interpretado por Florencia de la V.-, terminó de consolidar mediáticamente una carrera que había empezado, en silencio, más de 20 años atrás.
Fuera de la televisión, Goity realiza actualmente la obra teatral Adentro, que comparte con su amigo Mauricio Dayub. A fines de noviembre se actuaron en la sala Cecilia Bernasconi de Villa del Parque en una función a beneficio del club de rugby General San Martín de Tres de Febrero, que está organizando una gira por Sudáfrica para el 2005. Para El Puma se trató de una presentación con fuerte carga emotiva: el San Martín fue el club donde jugó al rugby en su adolescencia.
Antes de la función, Goity se hizo de unos minutos para charlar con Guía Palomar. Entre bastidores, de jeans, camisa y unos gruesos anteojos negros, muy distinto al trajeado Uriarte al que nos tiene acostumbrados a ver todas las noches, El Puma habló de su carrera y su éxito con Los Roldán. Confiesa que no sabe qué lo llevó a entrar a la Escuela Nacional de Arte Dramático, cuando tenía 20 años y era un jardinense más.
-¿Había hecho alguna obra hasta ese momento?
- Había actuado para el jardín de infantes Pinocho en el cine Helios a los cinco años y no con mucho éxito. Fue mi primera obra. Debuté en ese glorioso monumento histórico del querido Reggio, que lamento saber que lo hayan cerrado. Llegué a actuar ahí con la Orquesta Señoritas hace cuatro años.
-¿Cómo definiría su estilo de actuación?
-Depende el estilo que me toque. Soy de los que transpira la camiseta.
-¿Hay alguno en el que se sienta más cómodo?
-Todo lo que sea actuar me encanta. No discrimino. Tengo estómago de pobre: todas las comidas me gustan (ríe).
-Entre todos los personajes que le tocó hacer, ¿qué lugar ocupa el de Uriarte?
-No evaluó así las cosas, no es que le pongo una posición más importante a una cosa que a la otra. Lo hice siempre a lo largo de mi vida. Te diría que el personaje de Uriarte tiene una repercusión impresionante por el éxito del programa. Pero a mí me gustan todos los personajes que he hecho; todos me han enseñado mucho. Y te diría, por mi forma de ser, que le tengo más cariño a los personajes que no han tenido éxito. Es como los padres que siempre tienen cariño por el hijo más débil y no el más fuerte. Siempre me gustaron las causas perdidas. Por eso si me preguntás por un personaje te tengo que decir personajes donde he fracasado notoriamente. Y me aferro a ellos y los defiendo a muerte. A Uriarte no hay que defenderlo: anda fenómeno y a todo el mundo le gusta.
-¿Queda en la historia la dupla Uriarte-Laiza?
-Creo que el hallazgo de esa dupla es el tratamiento que se le da en la serie. Porque travestis y relaciones de homosexualidad siempre hubo. En Matrimonios y algo más yo lo hacía. Jorge Luz en los cuarenta ya lo hacía. Nadie inventa nada acá. Pero este tratamiento de "comedia blanca" sí es novedoso. No sé si quedará en la historia, pero de momento estamos entreteniendo a mucha gente. Eso es lo más importante y lo que me conforma.
-Uriarte vs. Tito Roldán. ¿Quién se lleva el clásico?
-¡Uriarte! (ríe). Siempre tienen que ganar los malos.
-¿Qué planes tiene para cuando terminen Los Roldán?
-Vamos a hacer la segunda parte de Los Roldán. No sé todavía en qué canal pero se va a hacer.
-¿Los Roldán 2: la venganza de Uriarte?
-¡Sí! ¿Por qué no? (ríe). La venganza será terrible.
El momento de comenzar la función se acerca; pero todavía queda un tiempo para hablar del tema por el que esta revista buscó a Goyti: llega el momento de desempolvar los recuerdos del barrio. La formalidad se hace un poquito al costado cuando empieza a evocar a Ciudad Jardín, de la que es un nacido y criado "a mucha honra", como le gusta decir. El Puma nos mostró que no sólo es un actor versátil, sino también un excelente narrador. Aunque el tiempo apretaba, definió en pocas palabras lo que siente por el barrio en que vivió 20 de sus 44 años.
-¿Cómo es Ciudad Jardín vista a través de los ojos del Puma?
Es lo más grande que hay. Ciudad Jardín es un pedacito de cielo en el Oeste.
Crecí y tengo todos mis recuerdos más maravillosos ahí. Yo me hice actor en la Plaza de los Aviadores. Así que es la fragua de mi vida.
-Cuando se acuerda del barrio, ¿qué es lo primero que le viene a la cabeza?
-El olor a las ramas de los eucaliptos quemadas en otoño.
Es un aroma característico que tenía mi Ciudad Jardín.
El olor de esos eucaliptos maravillosos que ahora los han cortado bastante.
-¿En qué calles vivía?
-Viví en varias. La primera casa que tuvimos fue en Geranios. Después nos fuimos a Aromos. De ahí a Boulevard San Martín, en el edificio Metropol. La última casa que tuvimos fue en la esquina de Margaritas y Pensamientos.
-¿Cómo era ese Gabriel Goity que estudiaba en el Colegio Alemán?
-Era muy mal alumno (carcajada).
-¿Le gustaba la farra?
-No, para nada. En mi casa vivía preso porque era muy mal alumno. No me dejaban mucho salir pero me escapaba a jugar rugby en el San Martín cuando podía. En los bailes del colegio planchaba como loco, así que muy bien no la pasé en la secundaria. No fue un recuerdo muy brillante (vuelve a estallar en carcajada).
-¿El Puma es un apodo made in Ciudad Jardín?
-No, me lo puso un compañero del club San Martín. Antes de empezar los entrenamientos hacíamos tocata yo imitaba a Pochola Silva, que era el crack de ese momento. Aclaro que lo imitaba y nada más que eso, porque yo era muy malo jugando. Pero causaba mucha gracia y me gritaban "¡Qué grande El Puma!". Repito: no por mis méritos como jugador sino como imitador de un jugador.
-Le propongo otro duelo: Ciudad Jardín vs. Capital.
-Gana Ciudad Jardín, por afano. Tiene calidad, cantidad, todo.
-¿Alguna vez volvería a vivir acá?
-No sé, pero seguramente. Sería fantástico
poder hacer Los Roldán o algún otro trabajo en Ciudad Jardín.
-¿Conoció algún vecino del barrio que se pareciera a su personaje de Uriarte?
-No específicamente. Uriarte es ficticio. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia (risa).
El tiempo de la charla se acabó. Gabriel Goity se despide para ir al encuentro del escenario, su compañero de aventuras a la hora de hacer lo que mejor le sale. En un rato más le estará demostrando al público por qué es un "hijo pródigo" de Ciudad Jardín.
¡Qué grande El Puma!
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